– Llevas ya… Por dios, ¿cuánto tiempo llevas ya aquí?
– Yo que sé.
– Deberías irte.
– ¿Por qué?
– No seas estúpido. Todo el mundo necesita descansar.
– Yo no soy «todo el mundo».
– Déjate de tonterías conmigo. Hace horas que pasé por aquí por ultima vez y estabas exactamente en la misma postura.
– ¿Y qué has hecho en ese tiempo?
– ¿Qué más te da?
– Tengo curiosidad.
– No sé. Lo típico, me he tomado un café, me he fumado unos cigarros, he charlado con un par de personas… ¿Y tú qué, que se supone que has estado haciendo?
– Escribir.
– ¿Has pasado escribiendo todas estas horas?
– Llevo escribiendo desde hace meses.
– Entonces tu también has estado haciendo «lo típico».
– No.
– ¿Cómo que no?
– No. Yo nunca escribo lo mismo.
Para todos esos días en los que pienso que me he unido a la gran masa gris. Mis historias son mi color.